Esta entrada aborda el curioso fenómeno en torno a la expresión cajón de sastre, que para muchos, equivocadamente, se escribe *cajón desastre.
¿Por qué es curioso el fenómeno? Pues porque algo que empezó, basándose en la expresión original, como un ocurrente juego de palabras para nombrar un programa de televisión, ha acabado casi aniquilando la expresión verdadera, que hace alusión al cajón que los sastres tenían en sus lugares de trabajo, lleno de botones, hilos, cremalleras y mil cosas más. Algo parecido a la cesta de la costura de cualquier abuela, pero en grande.
Claro, el lío se enmaraña aún más cuando nos vamos al significado de la expresión. La RAE nos da dos: 1. ‘conjunto de cosas diversas y desordenadas’; 2. ‘persona que tiene en su imaginación gran variedad de ideas desordenadas y confusas’. Y para ambos significados también nos cuadra la palabra desastre, ¿verdad?
Sin embargo, aunque nos cuadre lo anterior, y aunque quizá los sastres no tengan ya grandes cajones abarrotados de objetos de diferentes tamaños y colores, la expresión es, fue y será cajón de sastre.